QUE NADA SE MUEVA (2018 – 2021) es un diálogo entre el duelo y la memoria, como hilos que sutilmente se entrecruzan en la oscuridad y el deseo de la luz, tejiendo una trama en torno a la pérdida y los fantasmas que le habitan a través de la imagen y la palabra, para reafirmar que existimos, habitamos.
Que Nada se Mueva gira en torno a la desaparición de mi padre y la de la casa de mi abuela paterna. El 03 de Julio de 1997 mi padre desaparece en el trayecto de la autopista Tuxtepec – Oaxaca, sin dejar rastros después de haber pasado la caseta de cobro El Caracol. La investigación en torno al caso quedó sin tener una resolución por parte de las autoridades del Estado. Por otro lado; después de 25 años visité nuevamente Cuicatlán el pueblo natal de mi familia paterna, al conversar con las hermanas Delfina y Ofelia Cabrera lo primero que mencionaron sobre mi abuela fue “La casa de tu abuela se la llevó el río” (10 de Junio 2018). En ese momento comprendí que la historia familiar de mi lado paterno se estaba desvaneciendo y contenerla surgió como una necesidad.

Este proyecto comenzó como una búsqueda personal para después encontrar un eco colectivo, llevando el duelo hacía lo público, lo compartido. Resignificando el sentido de la pérdida en una reafirmación de identidad y pertinencia.









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